El otro día tuve una experiencia bastante extraña. Fue mi primera sesión en privado. Tenía muchas ganas y un poco de miedo, aunque ya había jugado con esa chica. Pero esta vez iba a ser en privado y en rol sumiso. En cierto momento ella me dio un poco de mimos como contrapartida de los azotes y yo, sin poder controlarlo, me puse a llorar. Fue un llanto sosegado. Simplemente se me desbordaron las lágrimas.
La frase de arriba es de "Mango Kiss", una película de lesbianas, bdsm y poliamor. Me había impactado bastante, porque pensé que ésa no era una razón adecuada para practicar el bdsm. Ahora puedo entenderlo en parte, aunque sigue sin parecerme del todo bien. Quizás por eso mis lágrimas me resultaron tan chocantes. Lágrimas en mitad de una sesión, desbordantes, lagrimas de melancolía inexplicable.
Luego nos fuimos a la fiesta de Momentos y me puse super cariñosa con el mundo en general, incluso cuando volví a jugar con ella, esta vez de dom bastante severa.
A veces miro el mundo y no entiendo nada. Es como si todo fuera un sueño y yo no estuviera en sintonía con él, como si fuera a desaparecer...
La foto es de Antonio Grael.
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